Ingeniería para la Paz: cómo trabajar sobre las causas de conflictos armados, para evitarlos

A partir de la invasión rusa a Ucrania y teniendo en cuenta el impacto mundial que está teniendo este escenario bélico, la revista PRISM publicó una serie de artículos en los que enfatiza la importancia que tiene la Ingeniería para la Paz en pos de trabajar sobre las causas potenciales de conflictos, con el objetivo de evitarlos.

En la publicación se explica qué la Ingeniería para la Paz se define generalmente como la aplicación de los principios y la tecnología de la ciencia y la ingeniería para promover y apoyar la paz. Un campo interdisciplinario emergente que integra a académicos y estudiantes de ingeniería, expertos en resolución de conflictos, científicos sociales y grupos no gubernamentales.

Sus profesionales utilizan una variedad de enfoques de tecnología, análisis de datos e ingeniería de sistemas para prevenir o sofocar conflictos, e identificar y mitigar sus causas.

Uno de los focos está puesto en facilitar y mejorar el acceso al agua potable, considerando que desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos sostienen que las inundaciones, las sequías, la contaminación, la mala gestión de los recursos hídricos y el desplazamiento humano resultante, «amenazan la estabilidad de la paz» en regiones críticas.

Como refleja el autor del artículo, Mark Matthews -referenciando la tarea que está desarrollando en este sentido Allie Davis, oficial de asuntos exteriores en la Oficina de Conservación y Agua (ECW) del Departamento de Estado norteamericano- la infraestructura del agua es una forma de prevenir o resolver conflictos.

En este sentido, Davis advierte que proporcionar a las comunidades los recursos básicos que necesitan, les permite a las personas «concentrarse en otras áreas que son importantes».

En tanto, en la edición de invierno de 2020 de The Bridge, publicada por la Academia Nacional de Ingeniería (NAE), Hughes y Breedlove aseguran que los avances tecnológicos y su adopción generalizada hacen que el período actual esté maduro en relación a la Ingeniería para la Paz.

«Ahora se pueden lograr estrategias de ingeniería para mejorar la cantidad y calidad de los comportamientos positivos y para reducir el comportamiento destructivo», escribieron.

Como ejemplo de ello, se menciona a la destrucción de los bosques de manglares en la localidad de Cabinda (Angola) y la consecuente pérdida de un hábitat que favorecía el desarrollo de una abundante vida marina, ahora consumida. Los residentes locales -enojados- culparon de la pérdida a los derrames de petróleo resultantes de la perforación en alta mar por parte de compañías internacionales. Pero las imágenes satelitales analizadas por el equipo de Hughes, que las corrientes oceánicas evitarían que el petróleo derramado se moviera hacia el interior del continente, y que una amplia playa separaba los manglares de las plataformas marinas. En cambio, el equipo concluyó que los caminos construidos para transportar madera eran los culpables, junto con la acumulación de sedimentos.

De acuerdo a lo que explica Elana Sokol, doctorada en Ingeniería para la Paz en Carter School, la combinación de pacificación e ingeniería es como una mezcla de la mente, el cerebro izquierdo y el cerebro derecho. Su investigación se centra en las tecnologías de las ciudades inteligentes y los tipos de datos que pueden recopilar.

Trabajar en Ingeniería para la Paz puede prevenir guerras:

  • recopilando historias de personas en una región determinada, sobre eventos que afectan su visión del futuro,
  • aplicando análisis a esa información para buscar oportunidades de cambio positivo,
  • utilizando la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para desarrollar la detección de señales y alertas tempranas de brotes violentos.

 

The Carter School, Stanford University’s Peace Innovation Lab, las facultades de ingeniería de Drexel University, la Universidad de Nuevo México (USA), y la University of Colorado Boulder conforman el Consorcio de Ingeniería para la Paz, cuyos esfuerzos tienen elementos de otras iniciativas que alientan a los estudiantes a abordar las necesidades humanitarias, como Proyectos de Ingeniería en Servicio Comunitario (EPICS), Ingenieros sin Fronteras (EWB-USA), el programa Grand Challenges Scholars patrocinado por la National Academy of Engineering (NAE), y el Consorcio Iberoamericano de Educación en Ciencia y Tecnología (ISTEC).

Precisamente, Ramiro Jordan, co-fundador de ISTEC, y sus colegas tenían ese tipo de panorama general en mente cuando organizaron la conferencia conjunta de noviembre de 2018 del Foro Mundial de Educación en Ingeniería y el Consejo Global de Decanos de Ingeniería en torno a la ingeniería para la paz.

Celebrado en la Universidad de Nuevo México, donde Jordan es profesor de ingeniería eléctrica e informática y Decano Asociado de ingeniería e iniciativas globales, el evento presentó una explicación amplia del nuevo campo: la aplicación intencional y a nivel sistémico del pensamiento científico, cultural y tecnológico, junto a los principios de la ingeniería, para promover y apoyar directamente las condiciones para la paz.

El call for papers de la conferencia proponía y preguntaba: ¿Cómo podemos crear un foro donde la academia, la industria, los gobiernos, los bancos/finanzas, las ONG, las organizaciones multilaterales, los centros de I+D, los ciudadanos preocupados, las partes interesadas públicas y los líderes, interactúen para continuar la conversación/acción sobre la ingeniería de la paz?

La Ingeniería para la Paz obtuvo un apoyo institucional clave más allá de lo académico cuando Jordan formó una asociación entre la Universidad de Nuevo México y los Laboratorios Nacionales Sandia con sede en Albuquerque. Un documento conceptual de la analista de investigación de sistemas, Nancy Hayden, y otros siete científicos de Sandia, describió una sintonía natural entre el propósito del laboratorio y el Departamento de Energía de los Estados Unidos, en:

  • desarrollar tecnologías avanzadas para garantizar la paz mundial
  • la tarea de las escuelas de ingeniería de educar ingenieros en la aplicación de la ingeniería de sistemas y las ciencias complejas al establecimiento, consolidación y mantenimiento de la paz

 

El documento, que también señaló sinergias con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y los Grandes Desafíos de la National Academy of Engineering (NAE), subrayó la necesidad de anticipar y abordar los impactos disruptivos del cambio climático.

«El entorno futuro desafiará los supuestos sobre los que se han construido los marcos actuales para la paz y la seguridad», creando inestabilidades que probablemente «superarían la capacidad de respuesta de las instituciones», advirtieron los autores del paper.